Acostumbraba Platón a decir que existen dos modos de mirar al cielo: el de quien va a estornudar y el de quien sabe lo que filosófica y cosmológicamente representa para el Hombre la bóveda celeste. Hoy en día, en cada vez en más lugares, es difícil ver las estrellas ni siquiera cuando se va a estornudar, cuánto menos con la mirada filosófica a la que Platón apelaba. Y ello por la contaminación lumínica que poco a poco está matando la luz de las estrellas. Es alarmante saber que los jóvenes de ciudades como Madrid crean que el cielo nocturno es de color gris plomizo. Nos hemos acostumbrado tanto a las luces de ciudad y al asfalto, que la capacidad de asombro ante la Naturaleza y el cielo nocturno en el Hombre de hoy día, está en vías de extinguirse. Y si “la montaña no viene a Mahoma…..” habrá que salirse de las ciudades para contemplar el cielo de noche. Esa es la idea del Observatorio Móvil “Polaris” que andamos en proyecto de construir, a la par que aprovechando precisamente eso, su movilidad, llevarlo e impartir cursos prácticos y charlas de Astronomía en pueblos, colegios, Centros de Profesores e institutos o asociaciones donde se demande.

La Astronomía (esa ciencia que mucha gente -con independencia de la edad- siente deseo de conocer, pero que pocos acceden a ella) tiene un poder pedagógico incuestionable, a la par que un hechizo de difícil explicación, como ha sido puesto innumerablemente de manifiesto por la UNESCO; y de hecho admite enfoques multidisciplinares, no siendo preciso una formación científica específica, y solo grandes dosis de curiosidad y ganas de saber, haciendo bueno el lema “sapere aude” de los del siglo XVIII, curiosamente el siglo de las Luces (de la razón, por supuesto).

El Observatorio Móvil Polaris (en el IES Nicolás Copérnico, de Écija), constará de un furgón previamente habilitado de modo y forma que su parte de remolque pueda desplegarse y dejar al descubierto el instrumental astronómico justo en el mismo sitio de la observación. De hecho, existe ya un precedente de este tipo de observatorio en la obra social de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) por lo que “el nuestro” sería el segundo de España (y el primero de Andalucía) de estas características. El instrumental astronómico ideal constaría de un telescopio SC de 11 pulgadas en montura de horquilla computerizada, con función goto, de modo que sea fácil la puesta en estación y localización de objetos desde cualquier emplazamiento. Al mismo tiempo, habría que dotarlo de un segundo telescopio (tal vez un refractor de 150 mm a f8) con montura ecuatorial alemana para “hacer las prácticas” de la puesta en estación, localización de objetos celestes, y un ordenador con cámara CCD desde donde capturar, almacenar y tratar imágenes astronómicas. Todo ello requerirá un desembolso inicial de unos 37000 euros. Es necesario, pues, buscar “patrocinadores” del proyecto, bien en entidades públicas y/o en privadas.

El patrocinio de un proyecto como el que aquí se propone es sin duda, algo pionero, pues se aparta de lo convencional (peñas ciclistas, equipos de fútbol, baloncesto, tiro con arco, etc…) por lo que no sólo será necesario tener cierto sexto sentido, sino también una gran sensibilidad hacia lo que aquí se propone y el beneficio (cultural y de formación) que de él se extrae, amén de los sectores de población que de ello se beneficiarían, no tal vez en lo económico, pero sí en lo humano, rescatando de lo más profundo de nosotros el gusto por el saber, por la contemplación de unos cielos cada vez más perdidos; pues no habría que olvidar -como le gustaba decir a Carl Sagan- que al fin y al cabo somos materia del Cosmos, contemplándose a sí misma. Es posible que solo si somos capaces de llegar a ese profundo descubrimiento, la especie Humana empiece a mejorar. Creo que ya es hora de comenzar, y en la Astronomía y contemplación de los cielos puede estar el primer paso.