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Introducción a la Optica de los Telescopios de Aficionado
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Desde que en 1610 Galileo usara un telescopio de juguete para el cometido de la observación astronómica, concretamente, de la observación de los satélites mayores de Júpiter, los instrumentos ópticos han sido profusamente usados en la Astronomía observacional. Las lentes convergentes permiten acercar la visualización de la bóveda celeste.

Dedicamos a continuación unas líneas a la óptica de estos instrumentos, al tubo óptico, de cara al aficionado medio, sin mencionar en esta ocasión a la montura, la estructura fundamental sobre la que hemos de colocarlo para la observación.

1. Introducción.
2. Sobre los aumentos.
3. Lentes de Barlow.
4. Los telescopios refractores.
5. Los reflectores o de espejo.
6. Telescopios electrónicos.
7. Sobre la adquisición comercial.
8. Referencias.
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1. Introducción:

Hoy día, en el nivel de la Astronomía amateur podemos distinguir las dos grandes clases de telescopios:

- Refractores o astronómicos, que utilizan un sistema de lentes convergentes.
- Reflectores, que utilizan un espejo cóncavo.

Mencionemos, además los telescopios electrónicos, o cámaras electrónicas, que, inventados por Lallemand en 1933, utilizan el efecto fotoeléctrico para crear una imagen que se recoge en una placa fotográfica.

En todos los telescopios hay que distinguir el objetivo y el ocular. El objetivo puede ser una lente (en los refractores y en los electrónicos) o un espejo cóncavo (en los reflectores). El ocular es una lente en ambos tipos de telescopios, o una placa fotográfica en los telescopios electrónicos.

Si observamos a través de una lente biconvexa colocada en el extremo de un tubo, vemos que se forma una imagen invertida de un objeto situado extraordinariamente lejos, en un punto del tubo que se llama plano focal.

Es fundamental el determinar para una lente convergente, biconvexa, la distancia focal, esto es, la distancia desde la lente al plano focal. La óptica nos enseña que si llamamos n al índice de refracción de la luz que se produce en la lente, y R y R' los radios de curvatura de las superficies de la lente, la distancia focal resulta venir dada por la expresión:

Sabemos también que un espejo cóncavo colocado hacia el interior en el extremo de un tubo refleja la imagen de un objeto lejano que entra por el otro extremo del tubo en un punto del interior formando una imagen invertida. Tal punto se llama plano focal del espejo cóncavo. La distancia focal del espejo es la distancia, f, desde el mismo hasta el plano focal. En la formación de la imagen interviene la distancia focal del espejo o la lente, f, así como su diámetro o apertura, d.

Cuando hablamos de un telescopio de 114 mms nos referimos a un telescopio en el que su espejo, o en general, su objetivo (ya sea lente o espejo), tiene 114 mm de diámetro.

Así, pues, si para una determinada lente o espejo, llamamos f a su distancia focal y d a su diámetro, se define la relación focal F, por el cociente:

El número F, representa, pues, la relación focal de la lente o espejo correspondiente, ya sea objetivo o bien ocular. La relación focal del objetivo se denomina relación focal del telescopio. Es importante, a la hora de determinar la utilidad que le damos al telescopio y la visualizamos, colocada por el fabricante, en las especificaciones del mismo a la hora de adquirirlo.

Así, un telescopio de 114 mm de apertura y 1000 mm (un metro) de distancia focal, tiene una relación focal dada por

La relación focal es importante:

1. Mide el ángulo que forman los rayos marginales en el foco (es decir, con qué ángulo llegan al ocular los rayos que se reflejan en el borde del espejo, si es reflector, o se refracta en la lente del objetivo, si es refractor).

2. Mide la "luminosidad" del objetivo: a número F más pequeño corresponde mayor luminosidad. Por ejemplo, F = 4 es bastante luminoso, F = 6 es normal, y con un telescopio en el que F = 10 difícilmente se podrá ver bien una nebulosa difusa. Esto es debido a que si la distancia focal f es muy grande, la imagen que se forma en el plano focal es grande también, así que la luz se "desparrama" y se pierde "luminosidad".

El número de aumentos del telescopio es el cociente de dividir la distancia focal del objetivo, f, por la distancia focal del ocular, fo. Así, un telescopio con distancia focal f = 900 mm y distancia focal del ocular fo = 20 mm tendría a = f/fo =45 aumentos.

En el telescopio de aficionado es fundamental el uso que se le pretende dar. Si, por ejemplo, interesa observar nebulosas, conviene un telescopio luminoso (con relación focal del objetivo baja) y no mucho aumento. Si, en cambio, se trata de observar planetas de nuestro sistema solar, se necesitarían más aumentos, aunque se pierda luminosidad, cosa que no es importante debido a que los planetas en general aparecen con cierto brillo.

Lo normal, sin embargo, es que al aficionado que adquiere en la tienda un telescopio le interese prácticamente observarlo todo, por lo que quizás sea recomendable un telescopio luminoso, y conseguir buenos oculares de distancia focal corta. También es normal que el aficionado pretenda adquirir un telescopio que tenga una característica media (ni muy luminoso, ni con demasiado aumento).




2. Sobre los aumentos:

En un telescopio de aficionado se pueden utilizar diversos oculares intercambiables, manteniendo el mismo objetivo. Y como el número de aumentos es el cociente de dividir la distancia focal del objetivo por la distancia focal del ocular, resulta que los oculares que tienen la distancia focal más corta son los que nos producen un mayor aumento.

Así, en un telescopio con varios oculares de distancias focales 20 mm, 12 mm, 4 mm, el mayor número de aumentos nos lo da el ocular de 4 mm. En concreto, si la distancia focal del objetivo es de 1000 mm, los aumentos que dan estos oculares son:

El ocular de 20 mm: 1000/20 = 50x
El ocular de 12 mm: 1000/12 = 83x
El ocular de 4 mm: 1000/4 = 250x

Es necesario, al adquirir comercialmente un telescopio, tener mucho cuidado con el tema de los aumentos. Algunos telescopios que se ufanan de presentar grandes aumentos del orden de 600x, 800x, 900x son precisamente los instrumentos más deficientes. Los americanos les denominan "Trash Scopes" o también "Christmas Scopes", es decir, telescopios basura, o telescopios navideños. Lo normal es que en un telescopio de aficionado se llegue raramente a los 300x. A partir de aquí, lo que se observa en el ocular es algo difuso y difícilmente identificable. Se acostumbra a llamar magnificación al mayor número de aumentos aceptable en un telescopio.

Veamos, como ejemplo, datos sacados del libro de Philip Harrington "Star Ware: The Amateur Astronomer's Ultimate Guide to Choosing, Buying, and Using Telescopes and Accesories":

El número máximo de aumentos, la magnificación, la calcula Harrington sobre la base de calcular 60x por pulgada de apertura.

APERTURA DEL TELESCOPIO - MAGNIFICACIÓN
Pulgadas Centímetros Teórica Práctica
02,40
06
184
100
03,10
08
186
125
04,25
11
255
170
06,00
15
360
240
08,00
20
480
300
10,00
25
600
300
12,50
32
750
300

Según Harrington, se gana muy poco usando mas de 300x para contemplar algún objeto por grande que sea la apertura. Mientras mayor es la magnificación mayor es la evidencia de la calidad de la atmósfera y de las bondades o miserias de la óptica y la montura del telescopio. Generalmente la atmósfera de una ciudad ya va a ser perjudicial con cualquier ocular que se utilice por caro que sea.

A la larga se necesita saber mas datos del ocular, particularmente el campo aparente del ocular, o sea el diámetro angular de borde a borde de un ocular (en grados, lo suele suministrar el fabricante) y real (campo aparente/magnificación), sobre todo para saber cuanto podemos ver del espacio cuando miramos o cual es el disco de bóveda celeste que se puede ver en una carta astronómica con el telescopio que usamos. A veces con un ocular de muy pocos milímetros de distancia focal ese disco es muy pequeño en la carta e inmenso visto en el ocular.

Digamos también que algunos autores consideran que el número máximo de aumentos a conseguir en la práctica con un ocular de m milímetros de apertura es 2mx (el doble). Es un criterio muy parecido al mencionado antes, que nos daría:

Pulgadas Centímetros - Magnificación práctica
02,40
06
120
03,10
08
165
04,25
11
220
06,00
15
300
08,00
20
400
10,00
25
500
12,50
32
640



3. Lentes de Barlow:

La guía que aparece entre el portaocular y el ocular sirve para asentar la lente de Barlow, usada para simular que se posee un telescopio una longitud focal más larga (por ejemplo, el doble). Así, es posible obtener el doble de aumentos con el mismo ocular. Incluso existen lentes de Barlow variables, con las que se consigue un efecto de "zoom".

Si se utiliza una lente de Barlow, que sirve para aumentar la distancia focal del objetivo, el número de aumentos también se hará mayor. Si la Barlow es de 2x quiere decir que la distancia focal del ejemplo anterior es de 1800 mm. por lo que con el ocular de 20 mm. Se consiguen 90 aumentos.

La lente de Barlow puede ser útil siempre que sea de buena calidad y con un telescopio en el que todas sus partes ópticas sean también de buena calidad, si no es así es mejor quitarla (suponiendo que sea posible) y actuar sin ella.

La Barlow conviene usarla cuando se va a observar objetos puntuales (estrellas dobles, por ejemplo), pero no para observaciones de cielo profundo, pues la imagen siempre se degrada.

Generalmente, fabricantes poco escrupulosos la utilizan para decir que el telescopio da más aumentos, con lo cual obtienen un argumento de venta engañoso (mayor aumento pero visión inaceptablemente borrosa).

También puede existir una Barlow interna: en los telescopios reflectores de tipo newtoniano, de 114 mm de focal, si quitamos el ocular e introducimos un simple bolígrafo, pronto veremos que topamos con una lente. En realidad, hay alguna mas y forman una Barlow. Es tan sencillo como que en el portaoculares de estos telescopios hay embutida una Barlow (los mal llamados catadriópticos de 114mm de diámetro y 1000 de focal) para que los 300 o 400 mm de focal del espejo se conviertan en los 1000mm de focal que presentan estos aparatos. Y el problema es que la Barlow no se puede eliminar... Por eso lo de "Barlow interna"...

Curiosamente algunos fabricantes venden este modelo con una segunda Barlow.




4. Los telescopios refractores:

Dejando a un lado los llamados gemelos de ópera, todos los demás prismáticos y telescopios refractores de lentes se basan en el llamado Principio de Kepler, o del Anteojo Astronómico.

Se trata de un tubo, del que en el lado delantero se encuentra una lente convergente que se llama el objetivo, que corresponde exactamente al que posee una cámara fotográfica, y que forma una imágen invertida de un objeto que esté extraordinariamente lejos en un punto del tubo que se llama plano focal. A continuación del plano focal se coloca una lente (ocular) que desempeña el mismo papel que una lupa, ya que al mirar por el ocular se observa aumentada la imágen que se forma en el plano focal.




5. Los reflectores o de espejo:

En estos telescopios el objetivo no es una lente, o un sistema de lentes convergentes, sino un espejo cóncavo.

Hay varios tipos de telescopios reflectores. Vamos a tratar de describir los más elementales:

a) El telescopio reflector de Newton:

En 1671 Isaac Newton construyó un telescopio que en esquema consistía en lo siguiente:

Colocó en el fondo de un tubo un espejo cóncavo esférico. La imagen que forma un objeto situado en el infinito es real, invertida y situada en su plano focal. Newton colocó entonces un pequeño espejo plano entre el espejo esférico (objetivo) y su plano focal, a menor distancia del objetivo, por tanto, que la distancia focal, con una inclinación de 45º para que los rayos que forman la imagen se desviaran 90º a fin de que pudiera ser observada por un ocular colocado fuera del tubo.

En un telescopio del tipo de Newton, la distancia focal del objetivo es, aproximadamente, la longitud del tubo. Generalmente, cuando se adquiere comercialmente un telescopio de este tipo, viene provisto de una etiqueta donde figura la relación focal:

F = f/d

Donde f es la distancia focal del objetivo y d el diámetro del objetivo.

Evidentemente, si se conoce la relación focal y el diámetro del objetivo, la distancia focal f del objetivo es inmediata:

f = F . d

b) El telescopio reflector de Cassegrain:

Tiene colocado en el fondo del tubo un espejo cóncavo parabólico, el cuál está agujereado en su parte central. Los rayos luminosos que refleja inciden sobre un espejo convexo, el cuál los refleja a su vez, atravesando la abertura del espejo principal y formando la imagen en el foco, situado detrás de él. En el foco puede colocarse un ocular, o una cámara fotográfica, etc.. De esta forma se logra incrementar la distancia focal del aparato sin aumentar su longitud. Si l es la distancia entre los dos espejos y f1 y f2 sus respectivas distancias focales, la distancia focal f del instrumento viene dada por la relación:





6. Telescopios electrónicos:

El telescopio electrónico o cámara electrónica es un dispositivo, ideado en 1933 por Lallemand, que aumenta considerablemente el poder separador de los telescopios. Los rayos luminosos procedentes del telescopio inciden sobre un cátodo metálico y producen una corriente electrónica por efecto fotoeléctrico. El flujo electrónico convenientemente amplificado y localizado por campos eléctricos y magnéticos, da una imagen, que se recoge sobre una placa fotográfica, más luminosa y rica en contrastes que las obtenidas con oculares ópticos.




7. Sobre la adquisición comercial:

Para quien sea principiante en la observación astronómica y desee comprar un telescopio, podríamos hacer algunas indicaciones útiles para su elección que, en realidad, resumen lo expuesto hasta aquí sobre la óptica de estos instrumentos. Y hemos de indicar, que aunque no hemos hablado de la montura, ésta ha de ser robusta, recomendable de tipo ecuatorial alemana y con posibilidad de motorización. La montura es, para los aficionados expertos, la parte fundamental del telescopio.

Sin embargo, para quién se inicie en la observación astronómica, sin un dominio de las constelaciones y del uso de las coordenadas astronómicas ecuatoriales para la identificación de objetos en cartas estelares, siempre es recomendable que adquiera en principio unos buenos prismáticos, para, cuando tenga la soltura necesaria, iniciarse en el manejo del telescopio.

Los prismáticos, en general, tienen la ventaja de mostrar un campo más amplio de zona estelar que el ocular de un telescopio, por lo que el aficionado no demasiado experto puede “situarse” más fácilmente en la zona de la bóveda celeste que le interesa observar. No hemos de considerar a los prismáticos como algo accesorio, menos importante que un telescopio. No olvidemos que, por ejemplo, el cometa Hyakutake fue descubierto con unos prismáticos (eso sí, excelentes) colocados sobre una montura.

Para adquirir, pues, un telescopio, nos tendríamos que hacer varias preguntas:

- ¿Qué es un telescopio?

Un telescopio es un instrumento que recoge la luz y la enfoca. Cuanto más “gordo” sea el tubo, más luz recogerá. Esto quiere decir, que cuanto mayor sea la abertura, más luminoso será el telescopio y más estrellas débiles se observarán con él.

Los aumentos que se consigan dependen también de la abertura, pero no es el número de aumentos lo más importante en un telescopio.

- ¿Para qué vamos a usar el telescopio?

Un telescopio, en general, es usado por el aficionado para observarlo todo, todo lo que “pille”. Pero, de todos modos, habría que distinguir algún tipo de utilidad principal, a saber, observación de planetas, observación de cielo profundo, realización de fotografía, ...

Si el telescopio lo vamos a dedicar fundamentalmente a la observación planetaria, es mejor un telescopio refractor que un telescopio de espejo, pues presenta una mejor calidad de imagen al refractar la luz. Estos telescopios, en general de tubo delgado (aberturas comunes son 70 mm, 90 mm, 103 mm, 120 mm, ...) presentan el inconveniente de que su precio es mucho mayor que el precio de un reflector de igual abertura.

Si, en cambio, el telescopio va a ser usado en la observación de nebulosas, cúmulos globulares, galaxias lejanas, etc.. (observación de cielo profundo) es más conveniente un telescopio de gran abertura y que sea reflector. Su ventaja es la luminosidad, por una parte, que nos permite la observación de objetos débiles, y también su precio, incomparablemente menor que los refractores usuales.

Finalmente, si el telescopio lo vamos a usar para la actividad fotográfica, es absolutamente necesario su motorización sobre una montura de tipo ecuatorial, muy robusta para que se mantenga la estabilidad del mismo. El telescopio debe, en definitiva, estar motorizado tanto en la coordenada de ascensión recta como de declinación, a fin de que pueda seguir el movimiento aparente de las estrellas en la bóveda celeste, movimiento como sabemos debido a la rotación de la Tierra, y nos permita la adecuada exposición fotográfica.




8. Referencias:

Libros:

Philip Harrington, "Star Ware: The Amateur Astronomer's Ultimate Guide to Choosing, Buying, and Using Telescopes and Accesories", New York. Limusa Wiley. 1994.


Direcciones URL:

Este artículo se titula "Lentes y espejos":
http://astrored.org/contenidos/articulo.php/andres_mauricio/lentes/1.html.

También muy interesante, "El ojo humano":
http://astrored.org/contenidos/articulo.php/neila_campos/ojo/1.html.

"Astrofotografía pobre":
http://astrored.org/contenidos/articulo.php/alex_dantart/astrofotografia_pobre/1.html

Página de usuarios de telescopios Schmidt-Cassegrain (LX 50):
http://personal.redestb.es/xavierbros/

Telescopios: comparativas, precios y compras on line:
http://www.ciao.es/Telescopios_16423_4

Carlos S.CHINEA
casanchi@teleline.es
21 junio 2003
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