Cuando de noche miramos el cielo y localizamos la estrella Alfa del Centauro, la vemos no como es en ese momento sino como era cuatro años atrás, pues ese es el tiempo que demora la luz en cubrir la distancia de la estrella a la Tierra. Como la traslación de la luz no es instantánea, aún la proveniente de objetos cercanos demorará un tiempo que aunque sumamente corto, no nos permitirá nunca observar lo que nos circunda en el presente, sino en el pasado. Un pasado nada remoto, pero pasado.
29 julio 2017