Más artículos de Reflexiones

ENTREVISTA
Por Lorena Guzmán y Nicolás Luco R.
(Recibida desde Chile por cortesía del profesor Patricio Diaz Pazos)


RICARDO GIACCONI
"Me gusta hacer ciencia con un hacha"




El premio Nobel de Física 2002 abre los ojos de la humanidad hacia el universo… desde Chile

  
Años Tierra recorridos

A los 64 años, Ricardo Giacconi definitivamente se hace popular a la vista del mundo en general. Uno de los ganadores del Nobel de Física 2002, debe su reconocimiento a la investigación en astronomía de rayos X que ha posibilitado ver lo más profundo del cosmos. Aún con el telescopio óptico más poderoso, no se pueden ver ondas, rayos X, que emiten ciertos objetos en el universo y que sin las investigaciones de este físico italiano, se­guirían ocultos al hombre.

Luego de hacer un postgrado en física de partículas elementales en la Uni­versidad de Princeton, Giacconi se une a la Corporación de Ciencias e Ingenie­ría Americana para comenzar el área de investigación espacial en dicha orga­nización. En 1962 junto a un grupo de investigadores, logra detectar la prime­ra fuente extrasolar de rayos X. Ocho años después es lanzado el satélite 'UHURU”, “libertad" en swahili, creación del físico y primer explorador astro­nómico de rayos X.

En 1981 asume la dirección del Space Telescope Science Institute (STScI), centro de operaciones científicas y de investigación del Telescopio Espacial Hubble.

A principios de la década del 90 asume como director general del European Southern Observatory (ESO), período en que se construye el Very Large Teles­cope (VLT) en cerro Paranal. En 1987 es galardonado con el WolfPrize en Físi­ca por su investigación pionera de rayos X. A mediados de 1999 es nombrado presidente de la Associated Universities Inc. (AUI), que opera el National Radio Astronorny Observatory. Parte de sus proyectos actuales, como presi­dente de la AUI, es llevar a cabo la construcción y operación del Atacama Large Milimiter Array (ALMA) en el norte de Chile.

-¿Se siente usted que camina en una aureola? Uno puede verla
"Yo no la veo, en realidad, pero sí los demás. Mi esposa dice que es mejor tenerla que no tenerla. Es agradable. Además, el trabajo por el que se me reconoce es algo que hice entre 1959 y 1979, aunque continúa. El Nobel fue una sorpresa".

-Después de leer su vida, uno queda impresionado...
"He sido afortunado. Es difícil explicarlo, pero algunas de estas empresas como Paranal o incluso ALMA, según mis cálculos, han empleado diez mil años-hombre. ¡con eso se construye una catedral! Son catedrales de la mente. Pero hay mil hombres detrás. Así es que siento que estoy recibiendo el premio en nombre de tantos.

-¿Qué tenemos en el futuro?
"La astronomía no tiene fin. Es esa cosa de los sumerios, los egipcios. Uno tiene esta impresión de orden celestial, de ley natural que, creo, es la base de la ciencia. Que brinda la capacidad de predecir los fenómenos. Y también está un tipo de curiosidad, ¿cuál es la relación entre esto y lo que nos ocurre? Y tengo la sensación de que este orden trae también un tipo de consolación: mientras a la madre de Kepler la están intentado quemar por bruja, él escribe "La armonía del mundo”. Es algo interesante. Hoy las cosas permanecen tal cual, el sentimiento es parte de esta cosa de la ciencia. Y la alegría de ver lo que nadie ha visto.

También incluye mucho trabajo aburrido. Y, de repente, uno tiene surte. Y yo he tenido un gran privilegio difícil de comunicar. La ciencia está llena de emociones.

-¿Emociones?
“Hay que decidir hacia dónde ir. Me gusta hacer ciencia con un hacha, otros la hacen con un bisturí. Así es que me gusta estar allí, cortando, penetrando el bosque”

-Los descubrimientos siguen algún tipo de intuición ¿Cómo fue que usted dio un salto hacia la astronomía de rayos X en los años 60?
"Teníamos el ejemplo de radioas­tronomía, que era diferente de la as­tronomía óptica que, por ejemplo, nos revelaba quásares. Yo tenía 29 años y era completamente ingenuo sobre todo esto. Estudiaba física de partículas elementales y entré en esta pequeña empresa privada que me dio la responsabilidad de des­arrollar la investigación espacial. Había varias alternativas que estu­diar, pero Bruno Rossi, que era miembro de la discusión desde el Space Science Board sugirió que a lo mejor los rayos X podrían ser intere­santes. Así es que empecé a ver qué se había hecho. Al comienzo decidí que no era un tema útil".

-¿Por qué cambió de idea?
“Yo había escrito una tesis en rayos cósmicos y había pasado dos años en una choza en el Matterhom, a 3.500 m, y había logrado 80 imágenes, sólo 80, y me dije que nunca más que­rría involucrarme en ese tipo de cuestión. Luego calculamos la cantidad de fotones que producía el Sol y la cantidad de ellos que llegaba a la Tierra. Nos dimos cuenta de que no alcanzaríamos a ver nada si el Sol estuviera tan sólo a 8 años luz de distancia con los instrumentos de que entonces disponía­mos. Pero, en un momento de algún modo, vi que podrí­amos construir un espejo. Mi idea inicial era embutir los rayos cósmicos en un embudo magnéti­co. Luego, tropecé con que los rayos pueden ser reflejados. Entonces pensé en una parábola, llamé bruno Rossi, y me dijo que pusiéramos mucha parábolas. Vimos que había una chance”.

“ Luego la sorpresa vino en el primer intento, cuando nos en­contramos con una fuente estelar que no esperábamos. Y no la es­perábamos porque era muy di­ferente de cualquier fuente este­lar conocida. Emitía miles de veces más rayos X que luz visible. Esta fuente tenía un trillón de veces más la capacidad de emitir rayos X que el Sol".

-Además del descubrimiento ¿qué produjo el avance?
"Lo importante fue encontrar un objeto, que era muy extraño, de cuya existencia no sospechábamos, y que. tenía un proceso físico que no ocurría en la Tierra ni en las estrellas conocidas hasta entonces".

“La real explicación vino con el satélite UHRU; descubrimos que estos objetos que emitían rayos X eran en realidad muy extraños, eran estrellas binarias, no sólo una estrella, era una estrella normal y la otra compacta. Además, en algunos casos la señal era demasiado intensa como para que se tratara de estrellas, tenían que ser agujeros negros. Hoy día vemos en rayos X todos los cuerpos del uni­verso, desde los planetas hasta el borde del cosmos”.

-¿Qué le parecen los astrónomos aficionados?
"Son los mejores profesores que tenemos. El telescopio espacial Hub­ble dedicaba tiempo de observación a los aficionados. Yo tenía contacto con un profesor de biología que me decía como los papás de sus alumnos lo tomaban en serio ahora que tenía un proyecto de investigación con el Hubble. Es una forma de transmitir conocimiento".

-¿Cómo cree que esta enorme in­versión en recursos astronómicos puede afectar a Chile? "Hemos sido buenos ciudadanos con Chile. Hemos separado tiempo para los astrónomos chilenos; pero creo que el impacto dependerá de cómo responda Chile. No basta la respuesta de crear cientos de astró­nomos. Tiene que ser una mezcla que implique la ciencia, la tecnología, el desarrollo de educación. Los jóvenes se fascinan con la astrono­mía, así es que esto puede ser una herramienta para inducirlos para en­trenarse en lo científico. No estoy pensando en ninguna habilidad o tecnología específica, es sólo crear una forma de enfocar las cosas, una forma de pensar. Creo esto está ocurriendo y tantos departamentos de astronomía han mejorado. Pero el próximo paso es incluir la comunidad de la ingeniería, la comunidad tecnológica, eso quiere más esfuerzo".

-¿Tiene usted responsabilidad en el Space Infrared Telescope Facility (SIRTF) que viene? "Como usuario. Bueno, el telescopio de rayos X Chandra fue una proposición mía. Pero el año pasado tuve usando Chandra para estudiar el fondo del universo. Estuve covencido de que estaba compuesto de muchas fuentes, pero que no podíamos ver porque eran tantas, se veía como una niebla. Así es que usando imaginería y alta resolución podríamos verlas. Lo hicimos el año pasado. Ahora podemos ver fuentes muy difíciles de ver en la luz visible. El infrarrojo tiene un problema para ver esos detalles. Así es que estamos evolucionando en eso, se llama programa GOODS, Great Observatories Origins Deep Survey".

Entre suspiros y logros

-¿Sigue los telescopios con una relación filial? ¿Son parte suya?
"También son mi trabajo. Yo soy un físico, la observación es una forma de resolver problemas. Enfrentamos un problema en física que era perfecto: descubrir una fuente de energía que nadie sabía qué era. Había que resolver ese problema. Los llamo así, antes que “observacines”. Cuando trabajé en el Hubb, entregué ese enfoque, esta actitud toórica. Pusimos mucho énfasis en el uso. Decidimos que era importan archivar los datos para que fueran utilizables. Los datos no pueden a chivarse a menos que se calibre según las condiciones en que fueron captados. Y el Hubble vierte una enormidad de datos así es que había que calibrar y archivar los datos en forma automática. Luego, en ESO, creí que debería traer esa metodología. Y de hecho, el VLT de Paranal está construido como si fuera una nave espacial: con mucho estudio de cómo se opera, cómo se mantiene, tiene un sistema con un programa para observación, y luego un programa de calibración. El observador ni siquiera tiene necesidad de viaja a Paranal. Y luego viene el archivo. Esto cambia la sociología de las organizaciones para lograr esto".

-¿Se nos va el romanticismo?
“Los instrumentos son metal y vidrio, pero se construyen para un propósito y ese propósito debe expresarse en la forma en que se los usa. Recuerdo una vez que encontré en un telescopio a una astrónoma con un joven estudiante. Ella les había enseñado a muchas generaciones a apuntar estos instrumentos. Pero todo esto hoy se hace en forma automática. En vez de preocuparse del instrumento de observación hay que preocuparse del problema físico que hay que resolver. Eso es mucho más difícil. Y requiere otro enfoque. Y tengo nostalgia por lo anterior. Hoy no soy tan inteligente como para dilucidar nuevos problemas".

-Pero cuando un consigue un nuevo telescopio... y uno apunta...
“Lo que yo hago es quitarle lo en­tretenido a esto. Esto es increíble­mente competitivo. Es muy difícil conseguir tiempo de observación, muy, muy difícil. Por ejemplo, yo re­cibí un millón de segundos de ob­servación en el Chandra, un montón, eso equivale a 10 días. Y tenía 60 días con los datos para mí, para hacer los análisis. Y luego había que entregarlos. Es un placer compartir y hacer que todos tengan los datos. Es bueno entregar la visión a los demás. Pero era agradable cuando éramos unos pocos. A veces pienso que esto de empujar, empujar, em­pujar, no tendría por qué ser así.

-Usted ha estado involucrado con la Estación Espacial Internacio­nal (EEI), que ha sido cuestionada, ¿cómo ve su futuro?
"Bueno, la tenemos. Eso es lo pri­mero. Y creo que tal como ha ocu­rrido... se ha dado mucho énfasis en la operación, en los aspectos inge­nieriles, porque es algo difícil y com­plejo. Pero ahora una de las ideas es crear un instituto que coordine el uso científico de la EEI. La NASA está reconociendo que se necesita lenguaje científico de alta calidad. Está claro que hay una enorme in­versión que se puede hacer allí. Se puede hacer física y astronomía, no sólo medicina, no sólo biología ......

-La astronomía es la ciencia con más colaboración del mundo, ¿pro­porciona esto un escenario para que surjan héroes como usted? ¿Hay tanto trabajo de equipo ... ?
'La reacción que uno tiene de la actividad del grupo depende de quién es usted en el grupo. Así es que yo no tengo problemas. ALMA, por ejemplo, es cooperación y com­petición a la misma vez. Y debería ser así, Porque si no, hay una in­fluencia monopólica y toda la cien­cia se transforma en lo mismo. Es bueno tener diferentes enfoques, di­ferentes escuelas... y si eso es la com­petencia, eso beneficia a todos. Pero no hay que engañarse, será cooperativo ¡pero igual hay que publicar antes que el otro!"

01 noviembre 2002
contador de visitas
hit counter


Más artículos de Reflexiones