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Del Principio de Arquímedes a la Navegación Científica
La experiencia como observadora de la bióloga marina Diana Antochiw en el buque de investigación oceanográfica Maurice Ewing

por Ariadne GALLARDO FIGUEROA

(Ariadne GALLARDO FIGUEROA es Comunicadora Social y Reportera de Radio especializada en entrevistas sobre Ciencia y Tecnología)


El principio de Arquímedes afirma que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso de fluido desalojado. Esto permitió a los navegantes colocar una barca encima del agua para poder transportarse a lugares distantes y cortar distancias entre pueblos costeros, al mismo tiempo acrecentar el comercio de diversos valores; fue precisamente la tenacidad y audacia de los seres humanos que han habitado y participado de la historia del mundo, quienes decidieron que esas embarcaciones podrían crecer, ser buques de transporte, herramientas de conquista en las guerras y, por que no elementos de observación oceanográfica para adentrarse en el maravilloso espacio acuático con instrumental casa vez más sofisticado, donde geofísicos, oceanógrafos, malacólogos, biólogos marinos, arqueólogos de vestigios perdidos en las profundidades del mar, entre otros, encontraron un asidero para dar rienda suelta a su imaginación, al mismo tiempo permitió formular nuevas interrogantes e hipótesis de la constitución del profundo mar azul, desenterrar navíos que habían dejado tesoros preciados y reconocer la ubicación de otros cuya importancia histórica, social, bélica, antropológica, han permitido develar los misterios históricos que ahora conocemos


Buque oceanográfico Albatros, sueco

La oceanografía ha ido evolucionando cada día más y los barcos construidos para este fin fueron cambiando sus diseños de acuerdo con los objetivos de los estudios que se han llevado a cabo en las diferentes especialidades de esta ciencia, pero todos se basaron en las experiencias recogidas por el Challenger, y todo esfuerzo realizado en los siglos XVIII y XIX ha continuado la obra inglesa contenida en 50 volúmenes a la que se ha llamado la "Biblia de los oceanógrafos".

Actualmente, la gran diversidad en el diseño y construcción de los barcos de investigación ha dado lugar a un cuestionamiento sobre cuál es el barco ideal para la investigación oceanográfica.

Para contestarlo se necesita determinar a qué tipo de investigación se va a dedicar, ya que son diferentes las necesidades para oceanografía geológica que para investigaciones pesqueras; también se tiene que tomar en cuenta si se trabaja en estuarios o lagunas, mares cerrados o bahías, en los mares tropicales o polares.

Cuando se trata de investigar en estuarios, lagunas, litorales, bahías, mares cerrados o cerca de la costa, se pueden utiliza embarcaciones pequeñas de 6 a 10 metros de eslora, con motor fuera de borda o estacionario, siendo aconsejable que tenga caseta para resguardar el equipo científico y para proporcionar mayor comodidad al personal durante su trabajo.  http://biblioteca.redescolar.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen2/ciencia3/067/htm/sec_13.htm

En los buques de investigación el mando de las expediciones oceanográficas se debe localizar en el puente y desde este punto se dirige el trabajo que se efectúa a bordo; por lo tanto, tiene que contar con un espacio en donde el comandante del barco y el jefe de la misión oceanográfica se pongan de acuerdo para fijar el rumbo y el emplazamiento de las estaciones. En el puente también se localiza el equipo de navegación y electrónico.

La cubierta de los buques de investigación debe quedar lo suficientemente libre para permitir la instalación del equipo científico y para que los técnicos puedan manipular sus muestras. Deben existir en ella los "puestos de operación" desde donde se lleva a cabo el lanzamiento y la recuperación de instrumentos y equipo oceanográficos, para lo que se tienen que instalar diversos tipos de cabrestantes y de güinches. En los de investigación pesquera en la cubierta se hace parte del proceso de la muestra, así como la reparación de las redes para el muestreo, por lo que tienen que diseñarse con condiciones específicas para realizar estas actividades.

En la construcción de estos buques de investigación se cuida que la popa tenga una solidez a toda prueba, adaptada para mover las sondas de profundidad, que pueden operarse a mano cuando bajan los instrumentos a 500 metros de profundidad como máximo, o por un motor eléctrico que puede bajar a los aparatos hasta los 10 mil metros. En los barcos para estudios biológicos, la popa tiene que diseñarse de tal modo que permita arrastrar redes y dragas para recoger a los organismos vivos del fondo o los sedimentos y muestras geológicas.

Todo buque de investigación debe estar provisto de uno o varios laboratorios con características especiales, según el trabajo que desarrolle: físicos, químicos, geológicos, biológicos o pesqueros. Cuando los barcos son grandes pueden realizar campañas largas y tienen que llevar, cuando menos, tres laboratorios de diseño versátil para atender diversos tipos de actividades científicas.


Buque de investigación mexicano, este es El Puma, UNAM

La Universidad Nacional Autónoma de México, a través del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, tiene dos modernos buques oceanográficos: el B/O Puma, abanderado en 1980, con puerto base en Mazatlán, Sinaloa, y el B/O Justo Sierra, abanderado en 1982 y que se localiza en Tuxpan, Veracruz; en ambos se desarrollan las diferentes disciplinas de investigación en ciencias del mar, ya que están diseñados para realizar múltiples operaciones en las diversas ramas de estas ciencias.

La eslora de estos buques es de 50 metros y la manga de 10.3, con velocidad de crucero de 13.5 nudos y autonomía de 25 a 30 días. Sus sistemas de propulsión y mando permiten, además de un desplazamiento regular, maniobras de movimiento lateral y giratorio.

El alojamiento para la tripulación y los científicos es confortable y funcional. El Puma alberga a 20 técnicos y el Justo Sierra a 21, que pueden trabajar en un laboratorio de uso general, un laboratorio húmedo, un laboratorio de biología, un laboratorio de recepción y preparación de muestras e instrumentos, una central de registro y cómputo, una sala de cartografía; además cuentan con salón de clases y biblioteca, sala de conferencias, taller mecánico y de electrónica y congeladores para la conservación de las muestras.

Están equipados con navegador por satélite, navegador Omega, girocompás y piloto automático, radares de 10 y 3 cm, radiogoniómetro, radiotransmisores, radiofacsímil e instrumentos de registro y cómputo como: computadora central MINC-II digital, graficadores y grabadoras, ecosondas y sonar, estaciones meteorológicas computarizadas y registrador continuo de salinidad y temperatura. Además, pueden llevar otros equipos, como diferentes tipos de redes y dragas de acuerdo con el programa que estén desarrollando.

Sin embargo, pese a contar con esos equipos, fue necesario que un programa internacional nos acercara al Maurice Ewing, cuya labor en cuanto a la prospección sísmica que arrojara datos de enorme valía para reconocer el diámetro exacto y la conformación geológica del cráter de Chicxulub, entre otros asuntos de carácter zoo-biológicos, nos lleva a darle seguimiento al trabajo emprendido en una anterior entrega en esta edición virtual.

Por tanto, hoy daremos seguimiento al trabajo sobre el buque de investigación oceanográfica Maurice Ewing, en su último viaje de exploración en aguas mexicanas del Golfo de México, asunto que nos permitió por la cercanía, lograr contactar a las personas que en él viajaron y trabajaron, sin duda la labor de un buque de estas características no es asunto de todos los días.


El Maurice Ewing en pleno trabajo de prospección sísmica,
en las costas de Progreso, Yucatán.

Sala de mandos del buque de investigación oceanográfica
Maurice Ewing.

Les invito a conocer de cerca la opinión de una mujer joven y entusiasta que estuvo en el buque:


M.C. bióloga marina Diana Antochiw Alonzo en el magistral del buque Maurice Ewing con el equipo de científicos observadores.

Aprender y formarse en el trabajo es parte del seguimiento de un profesional, su entusiasmo por la vida y el querer conocer algo distinto en cada momento va vinculándose a la experiencia de adquirir nuevas relaciones laborales y ser parte de un equipo, de esta forma resumiría la labor de los observadores que navegaron en el buque de investigación científica Maurice Ewing por espacio de 35 días. Ahí se encontraba la bióloga marina M.C. Diana Antochiw Alonzo, como observadora de la ONG Red de Varamientos de Yucatán, AC.

¿Cómo fue tu incursión en el Maurice Ewing, Diana?

En un principio fui invitada por el Dr. Jaime Urrutia por arte de la UNAM, con la finalidad de cumplir con uno de los requisitos que las autoridades mexicanas pedían al buque, mi interés se centró en conocer los efectos que hubiera en fauna marina ante el trabajo de prospección sísmica del buque; se decían muchas cosas en aquellos momentos en Internet y entre la gente que visualizaba la llegada del Maurice sin conocimiento claro de sus funciones en las costas progreseñas, específicamente en el sitio donde se encuentra la formación denominada cráter de Chicxulub. Pero era muy importante visualizarlo de cerca, no preenjuiciar y estar ahí, viviendo la realidad del trabajo de investigación a bordo, por eso acepté.

Se dice fácil 35 días en mar abierto, sin embargo no creo que haya sido sencillo, cuéntanos un poco de esto Diana…

Yo me dedicaba a trabajar 8 horas diarias en mis tareas de investigación y observación, pero fuera de este horario realizaba algunas otras tareas que me fueron encomendadas por las autoridades, como el cerciorarme que los disparos cumplieran las disposiciones legales mexicanas; también hice acopio del material que se había publicado con relación a los experimentos que se han llevado a cabo en años anteriores. Al mismo tiempo fungía como traductora entre el personal del buque y los inspectores de Profepa que arribaban para realizar las inspecciones correspondientes al trabajo del Maurice Ewing.

Adicionalmente, y sin que esto fuera planeado de ninguna manera, fungí como asesora al explicar a los científicos los documentos legales que llegaban a bordo, así como algunas leyes mexicanas aplicables al proyecto, con afán de que todo les quedara muy claro y se cumplieran todas las condicionantes que exigían los permisos mexicanos y, sobre todo, que entendieran la razón de estas condicionantes.

Las funciones de cada persona a bordo, aún siendo diferentes se interrelacionaban unas con otras y de su desempeño dependía que todo funcionara, considero que logramos sentirnos un equipo que laboraba en la misma dirección. Como observadora debo admitir que tenía una gran responsabilidad, puesto que de mí, así como de los otros observadores, dependía que pudieran iniciar los disparos o no, igualmente podíamos determinar que estos se detuvieran o que la potencia de las pistolas se redujera ante la presencia de algún mamífero o tortuga. Esta era tal vez la mayor responsabilidad para el proyecto, ya que para detener las pistolas ante un avistamiento, esto tenia que ser una observación muy precisa y no la mera suposición de haber visto “algo”, pues esto significaba que se detuviera el registro del subsuelo marino y perder al menos una hora de lectura por una suposición; era perder miles de datos, ya que el barco no se podía regresar al punto para recuperar los datos que no pudieron tomarse durante la suspensión de los disparos.

Lo más importante es que se nos dio la autoridad para tomar esas decisiones de gran responsabilidad en el momento que lo consideráramos necesario y no se nos puso ningún tipo de restricción ni de sanción por ello, sino todas las facilidades para hacerlo. Así, contábamos con un procedimiento muy claro tanto para nosotros como para el buque en general y un radio y un intercomunicador para comunicar las instrucciones sin pérdida de tiempo.


Equipo de lectura de batimetría (profundidad) en el Buque de exploración científica

Cubierta del Maurice Ewing, listo para zarpar hacia Jacksonville, Florida después del encallamiento

No perder la objetividad es uno de los aspectos fundamentales de un profesional científico, en tal sentido Diana Antochiw, reconoce que en el transcurso de su estadía en alta mar su responsabilidad como la de otros observadores se vio puesta a prueba.

Dentro de un año aproximadamente se podrá saber que arrojan los datos que se han llevado a las universidades implicadas en la investigación. Diana, en tal sentido dime, ¿crees que hubo un acercamiento científico sustancial, que pese al momento abrupto en que fue necesario parar el trabajo se logro algo?

Con respecto a los que son mamíferos marinos, que es mi terreno profesional, considero que si hubo datos muy importantes, se confirmaron datos que ya se habían obtenido en colaboración con la Armada de México, relación que desde hace 3 años funciona en este tipo de cruceros de investigación.

Con esto te puedo decir que las temporadas de estancia y zonas de distribución de los mamíferos marinos en la plataforma continental de Yucatán fueron confirmadas, por otra parte se obtuvieron datos sobre los efectos del uso de tecnología de prospección sísmica en aguas someras, ya que por lo general se cuenta con datos a nivel mundial que registran valores en aguas de gran profundidad, no como en el caso de este sitio donde se ubica el cráter de Chicxulub; definitivamente a partir de estos trabajos elaborados en coordinación con diferentes centros de investigación, se planteó la posibilidad de poder hacer un trabajo conjunto a futuro, pero desafortunadamente, esta posibilidad se verá enormemente afectada después de las reacciones que México tuvo hacia el proyecto.


Michael Rawson en el puesto de observación que atendía cotidianamente Diana Antochiw Alonzo

Sin embargo, creo que hubiera podido salir mejor sí realmente se hubiera logrado cumplir con todo lo que formaba parte del plan inicial, tuvimos muchas horas vacías, en las cuales influyó el mal tiempo, por otra parte existen restricciones por parte del gobierno mexicano con relación al clima en altamar que obligaban a parar el trabajo en numerosas ocasiones. Es importante decir que no se detuvo la temporada de pesca, y sin embargo, por motivos de seguridad o cortesía el buque detenía los disparos al tener una aproximación a una embarcación pesquera, con afán de evitar cualquier accidente, sobre todo para los pescadores de langosta que lo hacen buceando, por tanto al tener embarcaciones en un perímetro de una milla náutica, el capitán ordenó que se detuviera el funcionamiento de las pistolas.

Creo que los datos que se consiguieron son importantes, con ellos sin duda se podrá trabajar, pero hubiera sido mucho mejor que se obtuvieran todos los que se perdieron por las circunstancias que te señalo Sin embargo esto no invalida lo que se pueda lograr directamente ya en los centros de investigación, tanto de Estados Unidos como de El Reino Unido.

Aparte de ti, ¿quienes más fungieron como observadores en el buque de investigación?

Como parte del grupo mexicano estuvieron Eduardo Cuevas y María Teresa Zapata de Pronatura Yucatán, Juan Carlos Salinas y Ernesto Vázquez, por parte del INE (Instituto Nacional de Ecología), también estuvo por parte de la UNAM Gabriel González, por parte del laboratorio de Lamont-Doherthy, de Estados Unidos, estaba Howard Goldstein, que labora en la observación de mamíferos marinos desde hace varios años a bordo del Maurice; Meike Holst, quien era líder de los observadores a bordo, realizó su trabajo para una empresa de impacto ambiental en Canadá denominada LGL y Claudio Fossati experto en acústica, de Italia, que pertenecía a la empresa Cibra Acoustics. Todos ellos cuentan con muy altas calibraciones a nivel mundial como expertos en su labor como observadores visuales y acústicos, razón por la cual se les contrató para trabajar en el buque durante este proyecto tan importante.


María Teresa Zapata y Eduardo Cuevas de Pronatura, junto a Diana Antochiw

La bióloga marina Antochiw admite que la experiencia y la futura evaluación de los datos que arroje el material que se obtuvo, constituyen un avance en las investigaciones del futuro para diversas disciplinas. Sin duda para ella se abrió un campo de posibilidades profesionales muy interesante, el cual ha de aprovechar al momento de emprender la siguiente aventura en los trabajos de investigación asunto que no se desliga de su proyecto personal donde concluir el doctorado forma parte de la meta a seguir.

Antecedentes y publicaciones profesionales de la bióloga marina Diana Antochiw Alonzo:

Maestra en Ciencias en Biología Marina con especialidad en Ecología Marina, egresada del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN - Unidad Mérida.
La única investigadora en México formada y dedicada específicamente a varamientos de mamíferos marinos.
Miembro fundador de la Red de Varamientos de Yucatán A.C. (REVAY) y asesor científico de la Red de Varamientos de Tabasco, A.C. (REVAT), de Estudio y Conservación de Mamíferos Marinos del Estado de Guerrero, A.C. (ECOMMAG) y de la Red de Varamientos de Isla del Carmen, Campeche.
Coordinadora del proyecto de integración de la Red de Varamientos del Golfo y Caribe Mexicanos.
Coordinadora del Comité de Varamientos de la Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina A.C. (SOMEMMA) y del Comité Técnico Consultivo Nacional para la Conservación del Manatí del Caribe en México hasta 2003.
Observadora de mamíferos marinos a bordo de buques oceanográficos de la Armada de México desde hace tres años.
Actualmente directora de investigación de la REVAY.
Algunas publicaciones:
- Antochiw-Alonzo, D.M., G. Alarcón-Daowz. 2002. “Relación entre características oceanográficas del Golfo de México y zonas de mayor incidencia de varamientos en Yucatán (I)" XXVI Reunión Internacional para el Estudio de los Mamíferos Marinos. Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina, A.C. (SOMEMMA). Ensenada, B.C. Mayo 6 a 9, 2001
- Antochiw-Alonzo, D.M., G. Alarcón-Daowz, L.R. Capurro Filograsso. 2002. “Relación entre características oceanográficas del Golfo de México y zonas de mayor incidencia de varamientos en Yucatán (II)” XXVII Reunión Internacional para el Estudio de los Mamíferos Marinos. Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina, A.C. (SOMEMMA). Veracruz, Veracruz. Mayo 12-15, 2002.
- Antochiw-Alonzo, D.M. 2003. Manual de Procedimientos de Respuesta Inmediata a Varamientos de Mamíferos Marinos. Red de Varamientos de Yucatán, A.C.
- Antochiw-Alonzo, D.M. 2004. Avistamientos de mamíferos marinos en la Plataforma de Yucatán a bordo de buques oceanográficos de la Armada de México 2002-2003. Red de Varamientos de Yucatán, A.C. Informe a la Secretaría de Marina – Armada de México
- Antochiw-Alonzo, D.M. y J.M. Manzano-Kantún. 2004. Avistamientos de Mamíferos Marinos en la Plataforma de Yucatán 2002-2003” XXIX Reunión Internacional para el Estudio de los Mamíferos Marinos. Sociedad Mexicana de Mastozoología Marina, A.C. (SOMEMMA). La Paz, B.C.X. Mayo 2-6, 2004

Ariadne GALLARDO FIGUEROA
ariadne.gallardo@yahoo.com
26 marzo 2005
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