Desde su hallazgo en 1947, las estrellas subenanas calientes presentan un doble problema. Por un lado, se desconoce como se forman, o que mecanismos provocan que una estrella gigante roja se desprenda de la mayor parte de su envoltura de hidrogeno para dar lugar a una subenana caliente. Y, por otro, se trata de estrellas con apariencia similar a otros tipos de estrellas azules, como las enanas blancas o las estrellas de tipo OB, lo que dificulta su correcta catalogación y estudio -de hecho, su hallazgo se produjo en una campana de búsqueda de enanas blancas-.
Fuente: Información y Actualidad Astronómica, Instituto de Astrofísica de Andalucía, CSIC. 21 enero 2012
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