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En la Senda de las Nebulosas Planetarias Galácticas



Es el destino final de la mayor parte de las estrellas de nuestra galaxia, incluido nuestro Sol. ¿Cómo se forman y cuál es su morfología?. Su estudio es importante porque nos permite obtener información sobre la evolución estelar de las estrellas que las originan, es decir de estrellas de masa comparable a la del Sol o, a lo más, de unas pocas masas solares.

1. Las primeras observaciones:

Los objetos observables que son fuente de luz difusa fueron denominados en el siglo XVIII con el genérico nombre de Nebulosas. Se trata de los objetos que, por la imagen que presentaban, no podían ser reconocidos ni como estrellas, ni como planetas de nuestro sistema solar (los únicos observables en la época).

Fue William Herschell (1738-1822) quién, al hacerse en 1781 con una copia del Catálogo Messier, se interesó por el estudio de estos objetos, y fue el primero que realizó, a partir de 1785, el análisis de las nebulosas hasta entonces catalogadas, denominando planetarias a aquellas nebulosas cuya forma observable presentaba cierta similitud o parecido con el disco propio de los objetos esféricos, de los planetas. El mismo Herschell descubrió en 1790, al observar la Nebulosa del Cangrejo, en la Constelación de Tauro, que lo que él mismo había denominado planetarias no tenia nada que ver con los planetas, ya que en esta Nebulosa observó con asombro una estrella en su centro. Concluyó que se trataba de una estrella con una extensa nube de gas que la envolvía. Hoy sabemos que esta nebulosa, a unos 6300 años luz de nuestro sistema solar, procede de una gigantesca explosión supernova que fue visible desde nuestro planeta de día 5 de julio de 1054, y cuyos gases continúan hoy día expandiéndose a grandes velocidades.

Otra forma de interpretar estas nebulosas, también errónea, es la de considerarlas como estructuras jóvenes gaseosas que se encuentran en proceso de formación de nuevas estrellas.

Las técnicas de la espectroscopia, iniciadas ya en el siglo XX, han permitido avanzar de una forma singular en el estudio de estos objetos

La forma de la evolución estelar influye de forma marcada en el origen de estos objetos. Se sabe hoy que la forma en la que mueren las estrellas da origen a numerosas nebulosas de este tipo.

2. Las AGB y las Nebulosas Planetarias:

Dejando aparte las nebulosas que, como la del Cangrejo, se originan mediante una gran explosión supernova, destino de estrellas más masivas que el sol (del orden de cientos de masas solares), la mayoría de la población estelar de nuestra galaxia tiene el destino que tendrá nuestro sol, esto es, el de convertirse en gigante roja, expulsando capas de hidrógeno hacia el espacio interestelar.

Una estrella de masa parecida a nuestro sol, del orden de unas pocas masas solares como mucho, da origen, cuando comienza a escasear el hidrógeno, cuya fusión nuclear lo convierte en helio, al inicio de la expansión que le convierte en una gigante roja (nuestro Sol, dentro de unos 5000 millones de años, cuando pierda alrededor del 10% del hidrógeno que ahora tiene, se empezará a expandir hasta absorber la órbita de los planetas más próximos, incluida la Tierra) cuyas nubes rojizas son de temperatura mucho menor que la temperatura de la estrella de la que proceden. Mientras, el núcleo de la estrella, caliente y denso, se convierte en una pesada enana blanca que queda en su centro. La estrella se dice que se encuentra en la AGB (Asymptotic Giant Branch- Rama Asíntótica de Gigantes).

Fue en 1956 cuando el astrónomo Shklovsky descubrió un extraordinario parecido entre la naturaleza del gas que envuelve a una estrella AGB y el gas de las nebulosas planetarias en estudio. Esto permitió vincular evolutivamente a las estrellas de masa parecida a la de nuestro sol, e incluso a las estrellas de varias masas solares, con las nebulosas planetarias.

Hoy día sabemos que la propia inestabilidad de la estrella AGB es lo que origina, con vientos estelares lentos (de unas decenas de kilómetros por segundo) y con partículas densas que proceden de la estrella, a la mayor parte de las nebulosas planetarias. La envoltura estelar de estas estrellas moribundas es expulsada hacia el espacio interestelar, y está formada fundamentalmente de hidrógeno y, en muy baja proporción, polvo cósmico, siendo iluminada por la luz del núcleo, caliente y denso, que evoluciona hacia enana blanca. El hecho de que la luz del núcleo caliente, residual, ilumine la envoltura gaseosa que se expulsa, es lo que permite usar técnicas de espectroscopia y fotometría para su estudio.

La mayoría de las estrellas de nuestra galaxia son estrellas que se convertirán en AGB, esto es, no son estrellas demasiado masivas en comparación con nuestro sol. Es, pues, importante considerar este mecanismo de formación de Nebulosas Planetarias desde las estrellas AGB, puesto que el destino final de la mayor parte de las estrellas de nuestra galaxia es el de convertirse en nebulosas planetarias.

3. La estructura de una estrella AGB:

Una estrella AGB es una estrella de, a lo más, 6 y ocho masas solares, que se desploma bajo el peso de la gravitación cuando empieza a escasear el combustible de hidrógeno del núcleo y la fuerza procedente de las reacciones termonucleares de generación del helio, desde el núcleo hacia fuera, no pueden equilibrar las fuerzas de gravitación que tienden a aplastarla. El núcleo comienza a contraerse, volviéndose extraordinariamente denso, mientras la envoltura exterior, se va hinchando en capas concéntricas, de forma hueca, con densidad muy pequeña, pero que llega a alcanzar tamaños enormes. En el caso de nuestro Sol, estas capas llegarán a absorber la órbita de Mercurio, de Venus, y, también, de la Tierra.

El núcleo es la zona compacta donde se produce la reacción protón-protón, de formación del helio estable a partir de hidrógeno, así como, posteriormente, la formación de carbono y otros elementos pesados desde el helio.

La capa que envuelve al núcleo de la AGB es helio procedente de estas reacciones nucleares, y que a su vez, está envuelta por una capa de hidrógeno comprimido. Después de esta zona de hidrógeno denso comienzan las capas de la envoltura rojiza de hidrógeno, en expansión, con muy baja densidad, cuyo radio alcanza longitudes de miles de veces el radio del núcleo, y que, en algunos casos, podrían abarcar espacios inmensos donde cabría, por ejemplo, todo nuestro sistema solar.

4. Sobre la morfología de las Nebulosas Planetarias:

Las observaciones al telescopio de estos objetos nos muestran formas diferentes en muchos de ellos: redondas, alargadas o elípticas, bipolares o con dos lóbulos, cuadrupolares o con cuatro lóbulos, en forma espiral o de molinete, con deformaciones irregulares, etc.., notándose fácilmente en la mayoría de los casos la existencia de la estrella densa central.

Veamos algunas imágenes:


IC 3568
Esférica, constel de Camelopardus
Ar:12h33m d:+82º33’

NGC 6826
Achatada, constel del Cisne
Ar:19h45m d:+50º31’

NGC 3918
Esférica (Aprox), constel de Centauro
Ar:11h50m d:+57º11’

HUBBLE 5
Bipolar, constel de Sagitario
Ar:17h48m d:-30º01’

El estudio de la morfología de las Nebulosas Planetarias muestra información útil sobre la evolución de las estrellas de masa baja e intermedia, en particular, resulta verdaderamente importante estudiar las causas de la asimetría estructural (aparecen redondas, alargadas, binebulares, anulares, etc..). Se ha encontrado, en particular, que existe una cierta correlación entre la morfología binebular y la proximidad al plano de la galaxia (Greig, 1972).

Según las propiedades químicas, han sido clasificadas las Nebulosas Planetarias en cuatro tipos, de I a IV, en orden de mayor a menor abundancia de helio y elementos pesados (Calvet y Peimbert, 1978), encontrándose que la mayoría de las nebulosas planetarias del tipo I son de morfología bipolar.

Por otra parte, otros investigadores, como Zuckerman y Aller, divideron en 1986 una muestra importante de Nebulosas Planetarias en varios tipos morfológicos clásicos (bipolares, redondas, anulares, planas, etc..) evidenciando una relación inversa entre la distancia al plano diametral de la galaxia y la abundancia de elementos pesados.

5. Algunas nebulosas planetarias:

Nombre
Magnitud
Tipo
Constelación
Coordenadas Ecuatoriales
NGC 40
11
Nebulosa Planetaria
con estrella central
Cefeo
00h13m+72º32’
NGC 246
8
Nebulosa Planetaria
Anular
Piscis
00h47m+11º53’
NGC 650
M 76 _ Little Dumbell
12
Nebulosa Planetaria
Irregular
Perseo
01h42m+51º34'
IC 289
12
Nebulosa Planetaria
.
Cassiopea
03h10m+61º19’
NGC 1360
9.4
Nebulosa Planetaria
Irregular
Fornax
03h33m-25º51’
NGC 1501
13
Nebulosa Planetaria
Anular
Camelopardis
04h07m+60º55’
NGC 1514
10
Nebulosa Planetaria
de disco con Estrella Central
Taurus
04h09m+30º47’
NGC 1535
10
Nebulosa Planetaria
Anular con Estrella Central
Eridanus
04h14m-12º44’
NGC 2022
12
Nebulosa Planetaria
Anular
Orion
05h42m+09º05’
NGC 2149
11
Nebulosa Planetaria
.
Auriga
05h56m+46º07’
IC 2165
13
Nebulosa Planetaria
.
Can Mayor
06h21m-12º59’
NGC 2371
13
Nebulosa Planetaria
Irregular
Géminis
07h25m+29º29’
NGC 2392
Eskimo Nebula
10
Nebulosa Planetaria
Anular con Estrella Central
Géminis
07h29m+20º55’
NGC 2438
10
Nebulosa Planetaria
Anular
Puppis
07h41m-14º44’
NGC 2440
11
Nebulosa Planetaria
Irregular
Puppis
07h41m-18º13’
NGC 3132
Eight-Burst Nebula
8
Nebulosa Planetaria
Anular con Estrella Central
Vela
10h07m-40º26’
PLN 272+12.1
8.2
Nebulosa Planetaria
.
Vela
10h07m-41º27’
NGC 3242
Ghost of Júpiter
9
Nebulosa Planetaria
Irregular
Hydra
10h24m-18º38’
M 97
Owl Nebula
11.2
Nebulosa Planetaria
Irregular
Osa Mayor
11h14m+55º01’
NGC 3918
Blue Planetary
8
Nebulosa Planetaria
de disco
Centaurus
11h50m-57º11’
NGC 4361
10
Nebulosa Planetaria
Irregular
Corvus
12h24m-18º48’
IC 3568
12
Nebulosa Planetaria
.
Camelopardus
12h32m+82º33’
NGC 6210
9
Nebulosa Planetaria
de disco.
Hercules
16h44m+23º49’
IC 4634
11
Nebulosa Planetaria
.
Ophiuco
17h01m-21º50’
NGC 6302
Bug Nebula
13
Nebulosa Planetaria
Irregular.
Scorpio
17hº13m-37º06’
NGC 6309
Box Nebula
11
Nebulosa Planetaria
de disco.
Ophiuco
17h14m-12º55’
NGC 6337
12
Nebulosa Planetaria
Anular.
Scorpio
17h22m-38º29’
NGC 6369
13
Nebulosa Planetaria
Anular.
Sagitario
17h29m-23º46’
NGC 6445
Little Gem
13
Nebulosa Planetaria
Irregular.
Sagitario
17h49m-20º01’
NGC 6543
Cat's Eye
9
Nebulosa Planetaria
de Disco con estrella central.
Draco
17h58m+66º38’
NGC 6572
9
Nebulosa Planetaria
Irregular.
Ophiuco
18h12m+06º51’
NGC 6567
12
Nebulosa Planetaria
Compacta.
Sagitario
18h13m-19º05’
NGC 6629
12
Nebulosa Planetaria
de Disco.
Sagitario
18h25m-23º12’
NGC 6644
12
Nebulosa Planetaria
Compacta.
Sagitario
18h32m-25º08’
NGC 6720
M 57
9
Nebulosa Planetaria
Anular con estrella central.
Lyra
18h53m+33º02’
NGC 6741
Phantom Streak
11
Nebulosa Planetaria
.
Aquila
19h02m-00º27’
NGC 6781
12
Nebulosa Planetaria
Anular.
Aquila
19h18m+06º33’
NGC 6790
10
Nebulosa Planetaria
Compacta.
Aquila
19h23m+01º31’
NGC 6803
11
Nebulosa Planetaria
Compacta.
Aquila
19h31m+10º03’
NGC 6804
12
Nebulosa Planetaria
de Disco con estrella central.
Aquila
19h31m+09º13’
PLN 64 +5.1
9.5
Nebulosa Planetaria
Anular.
Cisne
19h34m+30º31’
NGC 6818
10
Nebulosa Planetaria
Anular.
Sagitario
19h44m-14º09’
NGC 6826
10
Nebulosa Planetaria
de Disco con estrella central.
Cygnus
19h44m+50º31’
NGC 6853
8
Nebulosa Planetaria
Irregular.
Vulpecula
19h59m+22º43’
NGC 6884
13
Nebulosa Planetaria
.
Cygnus
20h10m+46º28’
NGC 6891
12
Nebulosa Planetaria
de Disco
Delphinus
20h15m+12º42’
NGC 7026
13
Nebulosa Planetaria
Irregular
Cygnus
21h06m+47º51’
NGC 7027
10
Nebulosa Planetaria
Irregular
Cygnus
21h07m+42º14’
IC 5217
13.1
Nebulosa Planetaria
.
Lacerta
22h23m+50º58’
NGC 7293
13.5
Nebulosa Planetaria
Anular con estrella central
Aquario
22h29m-20º48’
NGC 7662
9
Nebulosa Planetaria
Anular.
Andrómeda
23h25m+42º33’

6. Referencias:

CALVET, N.; PEIMBERT, M., 1983, Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, 5, 319.
PEIMBERT, M., 1978, “Planetary Nebulae: Observations and Theory”, ed. Y. Terzian. Dordrecht:Reidel, 233.
ZUCKERMAN, B.; ALLER, L.H., 1986, Ap.,301, 772
MANCHADO, A.; GUERRERO, M. A.; STANGHELLINI, L.; SERRA-RICART, M., The IAC Morfological Catalog of Northern Galactic Planetary Nebulas, IAC, 1996.
ARNAL, A.; VALENCIA, A., “Observatorio Arval”, ARVAL Catalog of Bright Planetary Nebulas, http://www.oarval.org/PNeb.htm.

Carlos S. CHINEA
casanchi@teleline.es
26 marzo 2005
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