La velocidad de la luz, esos 300.000 kilómetros por segundo, hace que en cierto modo siempre veamos el pasado de las cosas. Y, aunque en nuestra vida diaria podemos pensar que la luz se mueve de forma instantánea, para distancias mayores resulta esencial considerar su velocidad limitada. Y las distancias que se manejan en astronomía son inmensas. Andrómeda, la galaxia similar a la nuestra más cercana, se halla a dos millones quinientos mil años luz, lo que supone que vemos Andrómeda tal y como era hace dos millones y medio de años, es decir, cuando los primeros homo habilis caminaban sobre la Tierra.
(Fuente: Información y Actualidad Astronómica, Instituto de Astrofísica de Andalucía, CSIC)23 noviembre 2013