por Enrique PÉREZ MONTERO
La teoría general fue precedida por otro trabajo monumental del propio Einstein, publicado en 1905 y bautizado como teoría especial de la relatividad. Esta teoría, ya plenamente confirmada por innumerables experimentos, parte de un hecho físico que es del todo contrario a la intuición y a la observación directa de todos los cuerpos en movimiento que nos rodean: la velocidad de la luz es constante independientemente de la velocidad del cuerpo que la emite y de la velocidad del observador, sea cual sea este.
(Fuente: IAA: Información y Actualidad Astronómica_Instituto de Astrofísica de Andalucía_CSIC)
27 agosto 2016
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